Pero Dios muestra su amor por nosotros en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:8 RVC)
Él mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados al madero, para que nosotros, muertos ya al pecado, vivamos para la justicia. Por sus heridas fueron ustedes sanados. (1 Pedro 2:24 RVC)
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. (Juan 3:17 RVC)
Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. (Juan 1:12)




